No hay una única razón que explique una patología como el bruxismo. Es más bien un conjunto de razones en la que se mezclan aspectos físicos y psicológicos. Desde nuestra experiencia, y después de ver a muchos pacientes con esta patología en nuestra clínica, podemos decirte que las causas más comunes son el estrés y un problema de oclusión en tus dientes.
Aunque popularmente se cree que las personas bruxistas solo rechinan o aprieten los dientes cuando duermen, lo cierto es que hay pacientes que también lo hacen de día. En cualquiera de los dos casos, es un acto inconsciente que el afectado no puede controlar y que tiene muchas consecuencias negativas que, a menudo, pasan inadvertidas. Hoy queremos que aprendas a reconocer esas típicas señales que a los profesionales de la Odontología nos hacen sospechar. Recuerda que no tienen por qué que darse todas a la vez. En realidad, la combinación de algunas de ellas ya son síntomas preocupantes y suficientes para que te plantees venir a vernos.
1. Tienes dolores de cabeza frecuentes que no sabes explicar
No solemos darnos cuenta, pero en el acto de masticar ejercemos una fuerza de entre 33 y 77 kilogramos dependiendo del alimento. Este es un esfuerzo puntual y funcional que tiene un sentido. El hecho de rechinar los dientes mientras dormimos o apretarlos durante el día no tiene ninguna función relacionada con la masticación, hace que la presión ejercida sea mucho mayor de lo normal y acabe afectando a todas las zonas cercanas a la boca. La cabeza es una de ellas.
2. Padeces dolores cervicales
Las personas bruxistas tienen frecuentemente dolores cervicales. Esto les ocurre también a pacientes que tienen problemas de mordida y necesitan una ortodoncia. Queremos decirte con esto que no siempre podemos relacionar bruxismo con estrés.
3. Sientes ruidos o chasquidos en la mandíbula al abrir o cerrar la boca
Si sientes chasquidos puedes tener un problema en la articulación temporomandibular (ATM) que une las dos arcadas en ambos lados de la cabeza, justo por debajo de la oreja.
4. No puedes abrir o cerrar completamente la boca o te duele al hacerlo
Igual que el punto anterior, puedes tener afectada la ATM.
5. Tienes molestias al bostezar
Es un síntoma que vemos mucho en personas que son bruxistas nocturnos. Normalmente son las parejas o familiares los que se dan cuenta, pero si vives solo o sola, esta puede ser una pista para darte cuenta.
6. Tienes dientes rotos o fracturados sin haber sufrido ninguna caída
El hecho de rechinar los dientes con tanta fuerza acaba debilitándolos. Aunque te parezca exagerado, vemos todos los días a pacientes que tienen astillados los dientes. Evidentemente es un acto involuntario.
7. Tienes sensibilidad dental cuando tomas cosas frías o calientes
La sensibilidad se produce cuando queda expuesta la dentina que es la parte viva del diente. Si rechinas o aprietas los dientes mientras duermes y llevas mucho tiempo sin tratártelo es muy posible que hayas empezado a desplazar ligeramente de sitio los dientes. Esos movimientos hacen que la encía también sufra y que no cumpla su función de proteger la parte no visible del diente.
8. Sientes que se te mueven los dientes
Hay pacientes que llegan a la consulta con movilidad dental. Te recomendamos que no esperes tanto. El bruxismo no es algo que desaparezca espontáneamente, sino más bien todo lo contrario. Hay que poner remedio a los problemas de ansiedad, estrés y dentadura.
9. Has notado que tienes dañado el esmalte
El esmalte no duele, pero es posible darse cuenta de que está deteriorado porque nuestros dientes tendrán una apariencia más opaca. Además, el esmalte es una barrera contra las caries. Si has notado que tienes más caries de lo habitual, consúltanos.
10. Te levantas cansado y tienes la sensación de no haber descansado bien
No descansar correctamente desencadena toda una serie de problemas físicos, psicológicos y sociales que no podemos pasar por alto. Malestar general, irritabilidad, bajo rendimiento laboral, depresión son algunos de ellos. El bruxismo provoca un sueño alterado, por así decirlo, porque tenemos en tensión buena parte de nuestra musculatura facial y cervical.