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Clínica Dental Moyúa en Bilbao
La periodoncia es la parte de la odontología que se encarga del tratamiento de las encías y, fundamentalmente, de la periodontitis. Esta enfermedad se caracteriza por una inflamación y sangrado anormal de las encías que puede derivar en últimos términos en la caída de las piezas dentales por falta de sujeción. Por lo general, esta patología surge tras una gingivitis que no se ha tratado o que no ha recibido una atención suficiente.

Causas de la periodontitis

La principal causa de la enfermedad es la higiene inadecuada. Así, la gingivitis y la peridontitis tienen lugar cuando se acumula placa bacteriana en tus dientes. Las bacterias forman una película que recubre a la superficie dental y que, cuando se endurece, recibe el nombre de sarro. Cuando este sarro se acumula sobre dientes y encías impide la oxigenación de tus células bucales. Esto deriva finalmente en una inflamación excesiva y retracción de las encías, que dejan de sujetar las piezas dentales. Tanto es así, que en algunas ocasiones la periodontitis puede acompañarse de pérdida de dientes. En la mayoría de los casos, la retracción de las encías se produce por la placa. No obstante, otros factores como la genética, el consumo de tabaco, algunas enfermedades o la ingesta de determinados fármacos pueden acelerar el proceso. periodontitis  

¿En qué consiste el tratamiento periodontal?

Una vez que se ha realizado el diagnóstico, se pasa al tratamiento. El primer paso es eliminar el sarro y hay que distinguir los dos tipos que hay. El sarro que se encuentra a simple vista de color amarillento o blanquecino está de la encía y se elimina sencillamente con ultrasonidos en una limpieza dental. En el caso del sarro subgingival, que se encuentra bajo las encías, hay que aplicar la técnica de curetajes. Este sarro tiene un tono más oscuro, entre marrón y negro. La eliminación del sarro es lo más frecuente si tienes una enfermedad periodontal. No obstante, en algunas ocasiones puede ser necesaria la administración de antibióticos para eliminar esas bacterias que forman el sarro. En los casos más complicados, podemos encontrarnos con episodios en los que haya que aplicar cirugía y eliminación de piezas dentales. Quitar algunas piezas dentales es la solución en casos avanzados para evitar que la enfermedad siga progresando. La pieza dental puede repararse e injertarse de nuevo o bien reemplazarse por un implante. La limpieza del sarro debería realizarse unas dos veces al año, aunque lo mejor es que nos consultes al respecto. Una vez que hemos eliminado el sarro, te aconsejamos que continúes con el mantenimiento periodontal. Este consiste, como decíamos, en acudir periódicamente a nuestra clínica dental para eliminar el sarro y supervisar el estado de tu boca. Además, deberás realizar ciertos cambios en su higiene. Es necesario realizar una limpieza de los dientes con un cepillo de cerdas suaves, que no inflame más la zona y provoque abrasión de las piezas dentales. En resumen, la periodoncia es una parte de la odontología a la que cada vez acuden más personas para iniciar una prevención y evitar desarrollar enfermedades tan avanzadas como la periodontitis.
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No podemos considerar que nuestra higiene bucodental está completa hasta que hemos realizado la limpieza interproximal. No basta, por tanto, con limpiar los dientes, sino que también tenemos que llegar a los huecos que se encuentran entre ellos. Nos referimos a las zonas localizadas también junto a las encías. Como imaginarás, se trata de áreas de acceso complicado, por lo que vale la pena utilizar técnicas especiales de limpieza. Te explicamos por qué es tan relevante esta limpieza y cómo tienes que realizarla.

¿Por qué no puedes dejar de lado la limpieza entre los dientes?

Básicamente, por el hecho de que, al ser difícil acceder a estos huecos, se concentran en ellos restos de comida que se van a convertir en focos de acumulación de bacterias. De este modo, se forma elbiofilm oral, también conocido como placa bacteriana. Esta película pegajosa sobre los dientes y entre ellos, además de influir en la generación de las caries, está detrás de las principales enfermedades de las encías. Destacamos, entre otras, la periodontitis y gingivitis. Incluso puede propiciar la molesta halitosis.

Si se produce el crecimiento de esta placa bacteriana, los dientes pueden empezar a moverse, circunstancia que implicaría el paso previo a su caída. Así que, para evitar estos inconvenientes, no has de olvidar la higiene dental en los espacios interdentales.

Te damos algunos consejos sobre los instrumentos para llevarla a cabo de un modo oportuno. Cada paciente, en función de las necesidades de su boca, necesitará combinaciones diferentes de ellos. En caso de duda, pregunta a en consulta y los/as doctores/as aclararán tus dudas.

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Cepillado dental

Nos referimos al común, pero con un instrumento eléctrico y una técnica moderna, como la Bass modificada. Cepíllate los dientes tres veces al día y siempre después de las comidas y antes de irte a dormir.

Cintas y sedas dentales

Estos finos hilos permiten llegar a los espacios interdentales más estrechos.

Cepillos interproximales

Estos artilugios favorecen el acceso a los espacios interproximales más grandes. Por ejemplo, cuando se ha producido un retroceso de las papilas o en los molares y premolares. Te convienen, en este sentido, los que llevan filamentos de calidad y redondeados, como los de tynex, puesto que no provocarán daños en las encías. Cuando estos se hayan aflojado o deformado, será el momento de cambiarlos.

Sustancias antimicrobianas

Estas se pueden aplicar, sin ir más lejos, mediante los cepillos interproximales. Nos referimos, por ejemplo, al cloruro de cetilpiridinio o gel de clorhexidina. Las caries e inflamaciones pueden prevenirse convenientemente gracias a la administración de estas sustancias. Recuerda, de hecho, que las últimas, que pueden ser identificadas cuando el cepillado genere sangrado, pueden ser indicios de la existencia de enfermedades periodontales.

Irrigadores bucales

Se trata de unos instrumentos que aplican directamente un chorro pulsátil de agua u otro líquido específico mediante el que se busca acabar con las concentraciones de placa bacteriana en las áreas interproximales en las que la limpieza se vuelve más difícil. Entre otras, las relativas a los puentes, las ortodoncias, las bolsas periodontales, las coronas y los bordes de las encías.

En definitiva, si pretendes tener una boca sana, realiza la limpieza interproximal con estos artículos.

cuidado de encías

Aunque siempre nos fijamos más en los dientes, has de saber que las encías, como tejidos que les proporcionan soporte, están relacionadas con numerosas de sus afecciones. Y es que muchos de los inconvenientes de los dientes comienzan en las encías y áreas interproximales, que son los espacios que se encuentran entre los dientes. A continuación, te contamos por qué, en la línea de preocuparnos más por dichos tejidos, vale la pena considerar algunas recomendaciones para el cuidado de las encías. Toma nota.

Las encías pueden convertirse en focos de enfermedades

Efectivamente, los huecos que existen entre los dientes son muy propicios para la acumulación del biofilm oral, formado por la nociva placa bacteriana. En este sentido, debes hacer todo lo posible por evitar la concentración en ellos de restos de comida, que supondrán el caldo de cultivo de los focos de bacterias.

Por consiguiente, es preciso limpiar a conciencia en estas zonas interdentales de difícil acceso. Ten en cuenta que, si no lo haces, acumulas más posibilidades de padecer enfermedades periodontales (como la gingivits), caries y halitosis.

Para prevenir estos problemas de salud bucodental, resultará fundamental que apliques estos cuidados en tu higiene dental habitual. Apunta los siguientes:

1. Aplica la técnica de cepillado Bass modificada

Se trata de realizar movimientos vibratorios en el margen gingival, habiendo colocado el cepillo en un ángulo de 45º. No cambies la posición del punto de apoyo, sino que has de realizar barridos en contradirección a la encía.

2. No falles a la hora de elegir la pasta de dientes

Efectivamente, te interesa una especial para el tratamiento de las encías. Por lo tanto, destacará por contar con principios antiinflamatorios y antisépticos. Los ingredientes que los aportan son estos: pantenol (combate la placa, que genera las inflamaciones y los sangrados), cloruro de cetilpiridinio (un antiséptico para utilizar cada día), flúor (para prevenir las caries y lograr el fortalecimiento del esmalte) y lactato de zinc (potenciador de los efectos antisépticos y para la prevención del sangrado).

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3. Aprende a realizar correctamente la limpieza interproximal

Las sedas y cintas dentales resultan muy útiles para completar la limpieza en los espacios interdentales, puesto que permiten llegar donde no lo hacen los cepillos. De este modo, podrás acabar con hasta un 80 % del biofilm oral que impregna las áreas gingivales e interproximales. Según tus necesidades y la forma de tus encías, puedes recurrir a distintos tipos de hilos dentales. Si tus encías son especialmente sensibles, te convienen los de mayor suavidad, que cuentan con una gran superficie de arrastre. Introduce 3 cm de este producto de forma suave entre las piezas dentales. Al acceder a las encías, curva el trozo entre los dientes y en forma de C. Es el método oportuno para proceder a la limpieza de las zonas entre dos de ellos.

4. Recurre al colutorio

Por último, este líquido contribuye a mantener durante más tiempo los efectos beneficiosos que te había aportado la pasta de dientes.

En definitiva, preocúpate de tus encías y lograrás prevenir con más éxito las enfermedades bucodentales.

Contrariamente a la creencia popular, los dientes de leche también deben cuidarse pues pueden afectar a la dentición y a la aparición de los dientes definitivos. La caries del biberón no es una enfermedad grave pero ha de ser tratada para evitar problemas mayores.