Cada vez más padres y madres son conscientes de que algunos hábitos infantiles están directamente relacionados con el desarrollo de los dientes en edad adulta. Uno de los métodos más extendidos para calmar la ansiedad y el dolor en los bebés es el chupete. Seguramente hasta algún familiar os haya dado ese truco tan extendido como equivocado de mojar la punta en azúcar y dárselo para que el niño o niña dejen de llorar.
Por suerte, esta costumbre ha pasado prácticamente a la historia porque son de sobra conocidos los efectos nocivos que tiene el azúcar sobre las piezas dentales, pero es cierto que sigue existiendo mucho uso y abuso del chupete. Conviene aclarar que, en su justa medida, no supone un inconveniente y hasta puede ser un beneficio, aunque muchas veces padres y madres no tienen claro cuando decir basta.
En este post queremos darte algunas pautas que te sirvan de ayuda. Tendremos en cuenta para ello las recomendaciones de la Sociedad Española de Odontopediatría y el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría.
Reduce la incidencia de la muerte súbita del lactante
Sí, como lo oyes. Estos dos organismos –y otros internacionales también lo confirman- están de acuerdo en que el chupete reduce la incidencia de muerte súbita en lactantes ya que la succión mejora el control cardiaco del recién nacido. Como ya sabrás, la muerte súbita está relacionada con un fallo en el corazón del bebé.
No usar el chupete durante el primer mes de vida
La Sociedad Española de Odontopediatría recomienda no usarlo en los primeros días de vida y, por su parte, el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría considera que es aconsejable “a partir del primer mes de vida, edad en la que comienza el riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante, y cuando la lactancia materna está bien establecida”.
Retirarlo antes de los tres años para evitar deformaciones dentales
Quizás el tiempo sea la clave para hacer un buen uso del chupete. Su utilización no debería alargarse más allá de los tres años para evitar problemas dentales futuros. ¿Cómo puede interferir en el correcto desarrollo de los dientes? Tienes que tener en cuenta que a partir de los seis meses se empieza a producir la erupción de los dientes de leche. Un abuso del chupete hará que los incisivos centrales inferiores –los primeros dientes en brotar- se desvíen hacia dentro, mientras que los incisivos centrales superiores –los segundos en brotar- se vayan separando y desviando hacia fuera. El ajuste entre la arcada superior e inferior también acaba siendo defectuoso dando lugar a problemas de mordida abierta o cruzada.
Limitar su uso diario
Junto a la edad máxima de uso recomendable, también es necesario que limites su utilización diaria. Se estima que para que las malformaciones sean visibles sería necesario que tu bebé estuviese seis horas diarias con el chupete. Por eso, si te fijas, hablamos más de abuso que de uso. Eso sí, no dejes que como compensación se chupe el dedo porque las consecuencias pueden ser mucho peores para sus dientes.
El chupete ideal en cuatro claves
Otra de las dudas más frecuentes entre padres y madres primerizos es qué tipo de chupete es el más adecuado para sus bebés. A la hora de comprar uno, tienes que fijarte en estas cinco cosas:
Tiene que estar regulado por la normativa de seguridad europea NF S 54-003.
La tetina deber ser una longitud igual o inferior a 30 milímetros.
El cuello de la tetina será mucho más grande que la boca del bebé y con, al menos, un orificio para el paso del aire.
Estará hecho de una sola pieza con bordes redondeados y materiales como látex o silicona.
Si tienes más preguntas, no dudes en preguntarnos. Tenemos un equipo de odontopediatras que te echarán una mano en la educación bucodental de tus hijos.